“Sean apóstoles de la Divina Misericordia bajo la guía maternal y amorosa de María.” Papa San Juan Pablo II - 1993

Apóstoles de la Divina Misericordia

¿Qué es La Divina Misericordia?

"Dios es misericordioso, Él perdona, y nosotros también debemos ser misericordiosos y perdonar".
En la devoción a la Divina Misericordia este mensaje asume un nuevo enfoque poderoso, ya que nos llama a una comprensión más profunda de que el amor de Dios no tiene límites y que está disponible a todos, especialmente al pecador más grande: «Cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi Misericordia» (Diario, 723).
Algunos de los elementos de este nuevo enfoque incluye la imagen sagrada de Jesús Misericordioso, oraciones nuevas y una abundancia de promesas. Pero los elementos principales son: la confianza y las obras de misericordia.

¿Qué Significa la Misericordia de Dios?

El Catecismo de la Iglesia Católica (párrafos 1846-1848) nos enseña que,

El Evangelio es la revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios con los pecadores. El ángel anuncia a José: “Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Y en la institución de la Eucaristía, sacramento de la redención, Jesús dice: “Esta es mi sangre de la alianza, que va a ser derramada por muchos para la remisión de los pecados”.

“Dios nos ha creado sin nosotros, pero no ha querido salvarnos sin nosotros”. La acogida de misericordia exige de nosotros la confesión de nuestras faltas. “Si decimos: ‘no tenemos pecado’, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo el élpara perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia.”

Como afirma san Pablo, “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”. Pero para hacer su obra, la gracia debe descubrir el pecado para convertir nuestro corazón y conferirnos “la justicia para la vida eterna por Jesucristo nuestro Señor”. Como un

médico que descubre la herida antes de curarla, Dios, mediante su palabra y su espíritu, proyecta una luz viva sobre el pecado:

La conversión exige el reconocimiento del pecado, y este, siendo una verificación de la acción del Espíritu de la verdad en la intimidad del hombre, llega a ser al mismo tiempo el nuevo comienzo de la dádiva de la gracia y del amor: “Recibid el Espíritu Santo”. Así, pues, en este “convencer en lo referente al pecado” descubrimos una ‘doble dádiva’: el don de la verdad de la conciencia y el don de la certeza de la redención. El Espíritu de la verdad es el Paráclito.

¿Quién es el gran Apóstol de la Divina Misericordia?

También llamada Secretaria de la Divina Misericordia, Santa Faustina Kowalska fue una religiosa polaca de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia. En el año 1931, comenzó a tener visiones de Jesús y las escribió en su diario spiritual, titulado ahora La Divina Misericordia en mi alma y al que generalmente se refiere como Diario. Ese fue el comienzo del apostolado y la devoción a la Divina Misericordia.

¿Cómo se apareció Jesús a Santa Faustina?

Jesús se apareció por primera vez a la santa el 22 de febrero de 1931 cuando ella vivía en el convento de su comunidad en Plock, Polonia. Santa Faustina escribió:

Al anochecer, estando en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena de temor, pero también de una gran alegría. Después de un momento, Jesús me dijo: Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: “Jesús, en Ti confío. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero”. (Diario, 47)

¿Por qué es importante Santa Faustina?

Santa Faustina tenía una fe inquebrantable en Jesús, a quien obedecía en todo. Gracias a su Diario, el mundo entiende mejor la Divina Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo.

Santa Faustina murió a la edad de 33 años el 5 de octubre de 1938 en el convento de la comunidad de Cracovia. Allí es donde yacen sus restos mortales y donde se encuentra la imagen más comúnmente conocida de la Divina Misericordia (la original está en Vilna).

¿Qué Significa la Misericordia de Dios?

La promesa de Jesús a Santa Faustina

«A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas Juez sino Salvador misericordioso» (Diario 1075).

Ésta es la promesa que Jesús hizo a todos aquellos que proclamen la Misericordia, lo hagan como lo hagan.

La Difusión de la Devoción

La difusión del culto de la Divina Misericordia, consiste en proclamar el misterio de la Misericordia de Dios, el cual nos ha sido revelado del modo más pleno en Cristo crucificado y Resucitado; la propagación del culto a la Divina Misericordia se lleva a cabo mediante nuestro testimonio de vida, a través de actos, palabras y con la oración. Estas acciones, no sólo deben mostrar el camino que conduce hacia una vida hermosa y feliz en la tierra, sino que sobre todo deben estar al servicio de la obra de la salvación y santificación del mundo y con el fin de preparar a la humanidad entera para la segunda venida de Cristo en la tierra. 

Veamos a continuación por qué aparece tantas veces en el Diario de Sor Faustina esta exhortación de Jesús que a través de ella va dirigida al mundo entero y a toda la Iglesia.

Jesús le dijo a Sor Faustina

Secretaria de Mi misericordia, escribe, habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mi justicia (Diario 965).

Hija Mía, no dejes de proclamar Mi misericordia (Diario 1521).

Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible Misericordia Mía (Diario 699).

Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos (Diario 848).

Escribe: Antes de venir como juez justo abro de par en par la puerta de Mi misericordia. Quien no quiera pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia (Diario 1146).